MUJER Y CERÁMICA SECOYA
Mujer y Cerámica SECOYA
“Cuentan las abuelas que antes había una niña cuya mamá era una experta ceramista, pero ella y su esposo murieron, y la niña se crió con su tío…esta niña creció y cuando era joven se fue al río y vio que unas señoras recogían arcilla para hacer cerámica, la joven se acercó para que le enseñaran lo que estaban haciendo, pero estas señoras se burlaron de ella y le embarraron con barro su cara y cuerpo, dejando a la joven en la orilla llorando, desconsolada…luego del fondo del río emergió una figura de mujer que le dijo a la joven: no llores, soy tu madre que te viene a entregar la mejor arcilla, las señoras se llevaron sólo los excrementos del oko-yai (jaguar del agua), toma esta arcilla, corre al árbol de wewe (Jacaranda copaia) y bajo su sombra te enseñaré a hacer ollas, tiestos, adornos…después de enseñar a la hija la señora se regresó al río y se convirtió en oko-yai.”
Leyenda de la cultura siekopaai. Interpretación y recopilación: Yadira Ocoguaje, 2022.
Esta leyenda forma parte de la cosmovisión Siekopai, contada por nuestra técnica de cultura y género, Yadira Ocoguaje.
En Fundación Raíz Ecuador promovemos la conservación de la identidad cultural del pueblo Siekopai.
Nuestro objetivo es rescatar y mantener la tradición de las mujeres Siekopai como ceramistas ancestrales de su nacionalidad indígena.
Según Yadira Ocoguaje, “nuestros ancestros nos enseñaron a convivir con el bosque y a utilizar todo lo que nuestra querida selva nos brinda: alimento, cobijo, medicina; de ahí obtenemos todos los materiales necesarios para garantizar nuestra buena vida (De’oye Paiye). De todos los materiales que permiten hacer utensilios, nuestra cerámica Seikopia (Soto Tëowëose’e) jugó un papel importante en nuestro desarrollo cultural. Si bien nuestros antepasados tenían mucho alimento disponible, este no podía ser procesado ni cocinado. Fue a partir del desarrollo de nuestra propia cerámica, que los alimentos comienzan a ser procesados. Pero pasaría un poco de tiempo para darnos cuenta de la enorme importancia de los utensilios de barro para el desarrollo de nuestra gente y su cultura. En este punto a estos simples utensilios se comienza a adornarlos y a pintarlos, plasmando ahí nuestra simbología y cosmovisión. Los primeros curanderos Siekopaai cocinaron nuestra planta maestra, el yajé, en vasijas de barro”.
“La vida actual en nuestras comunidades ha provocado que dejemos en un rincón la elaboración de nuestra propia cerámica. Por suerte todavía están con nosotras nuestras sabias abuelitas. En sus corazones y manos todavía está viva la cerámica Siekopaai. Cómo jóvenes orgullosos de nuestra raíz y de nuestro presente, no vamos a permitir que esa flama de sabiduría se extinga”, cuenta orgullosa Yadira.